En cuanto al entorno artístico y cultural, la obra de mayor majestuosidad es el emblemático Castillo Papa Luna de Peñíscola, situado en lo alto de un enorme montículo sobre el mar. Como dato curioso diremos que el Papa Benedicto XIII lo selecciono para protegerse y luchar por la unificación eclesiástica. A mayores tenemos también el Templo Parroquial de Santa María de Peñíscola y la Ermita de la Virgen de la Ermitana.
Hay quien dice que el castillo de Papa Luna está hechizado. Entrar en él es como viajar en un tunel del tiempo. La entrada principal está flanqueada por dos torreones cuadrados, decorados con escudos heráldicos de los primeros comendadores del Temple. El patio de armas es sobrio, diáfano y luminoso. En torno a él se disponen las dependencias nobles de la fortaleza.